Palos Flamencos · 20 julio 2023

Tipos de soleá

La infinidad de estilos de la madre del flamenco. Conoce aquí los más importantes

En uno de nuestros anteriores artículos, pudimos adentrarnos en el palo de la soleá y conocer su carácter, historia y orígenes, las temáticas más recurrentes o sus intérpretes más conocidos. Hoy en Teatro Flamenco Madrid profundizamos en los tipos o variantes que puede alcanzar la soleá, cargado de fuerza y vivencias y que ha sido definido por muchos como la madre de todos los palos flamencos.

 

Nombrar todos los estilos que el cante por soleá puede manifestar es casi imposible, ya que cada cantaor flamenco puede darle su sello propio y adjudicarse una manera de cantar el palo.

 

Esto era muy común durante los siglos XIX y XX, cuando los medios de comunicación no estaban tan desarrollados y la transmisión oral estaba en auge. Los cantaores aprendían unos de otros, de escuchar las letras en festivales y fiestas y posteriormente las ejecutaban a su parecer, creando diversas formas y maneras de cantar la misma letra.

 

Hoy, ilustramos los tipos de soleá más comunes o más cantados, así como sus características más singulares.

 

 

Árbol del cante flamenco de Manfredi Cano, D.»Cante y baile flamencos, Everest, León, 1983: pág. 87.

 

Soleá de Alcalá 

 

Se trata de una versión más lenta y mucho más solemne, creación de Joaquín el de la Paula, cantaor que le dio la fama, sevillano de Alcalá de Guadaira y soldado en la Guerra de Cuba. Joaquín comenzó a cantar tras su regreso de la misma y se dice que las condiciones físicas con las que volvió fueron las que otorgaron el sosiego característico de sus soleás, que nunca llegó a grabar. El otro gran exponente de esta versión es Juan Talega, sobrino de Joaquín, que alcanzó la fama en su madurez.

 

La soleá de Alcalá se suele hacer a modo introductorio, para templar la voz, puesto que es un estilo más liviano y calmado que otros.

 

A continuación un ejemplo de la letra que se suele hacerse en la soleá de Alcalá, aunque debemos tener en cuenta que es posible cantar una misma letra en distintos estilos:

 

¿A quién le contaré yo

las fatiguitas que estoy pasando?

se las voy a contar a la tierra

cuando me estén enterrando.

 

Para poder distinguir un estilo de otro, debemos atender a su melodía y tempo.

 

Soleá de Triana

 

Es uno de los estilos más consagrados y más ejecutados, a su vez es uno de los que más cualidades vocales requiere. 

 

La Soleá de Triana es valiente y elegante. Agrupa en ella tres variantes principales: la propiamente dicha Soleá de Triana (atribuida su creación al cantaor Ramón Rodríguez “El Ollero” y muy relacionada con los gitanos del barrio),  la Soleá del Zurraque o de los alfareros, cuya denominación la sentó Rafael Belmonte en los jueves flamencos (reunión de aficionados en Sevilla) y que se refiere a la pequeña plaza del barrio trianero donde convivían los alfareros y por último encontramos la Soleá Apolá, influida por el polo, de una melodía inigualable y fácil de diferenciar. Silverio Franconetti y la Serneta  fueron los primeros cantaores flamencos de soleá Apolá. 

 

Existe además otra soleá denominada “Soleá de Charamusco” atribuida a Frijones.  Se trata de un estilo de una gran belleza que exige grandes facultades cantaoras, para su correcta ejecución y la recreación del cante.

 

Pepe Marchena fue quien grabó este estilo de soleá,  posteriormente grabó Morente y al año siguiente Mairena. Debemos señalar a su vez a Naranjito de Triana, cantaor flamenco sevillano que dominaba dicho palo.  Actualmente, cantaores como Miguel Poveda o Arcángel ejecutan este estilo como nadie gracias a sus capacidades vocales y su trabajo del cante.

Márquez el Zapatero, apuntó: "Triana entre los inicios del flamenco hasta los años setenta del pasado siglo, solo dio dos cantaores profesionales de soleás de este estilo; Naranjito de Triana y Paco Taranto, motivo por lo cual tardaron en conocerse estos estilos de cantes, sobre los cuales se han creado falsos mitos y confusiones, resaltando la calidad cantaora de Antonio el Arenero y Emílio Gimenez. Dado que este estilo ha sido siempre creado y recreado por diferentes cantaores, unos de Sevilla y otros llegados y afincados de otros lugares, lógicamente va sufriendo deformaciones propias, dependiendo de las cualidades de cada intérprete, hasta llegar a la actual musicalidad. 

Soleá de Triana. Chiquetete 1999, toque Eugenio Iglesias.

“En Triana los serenos

van diciendo por la calle,

que duerma el que tenga sueño 

que yo no despierto a nadie””

Soleá de Charamusco. Miguel Poveda, toque Chicuelo.

Que tengo en mi memoria primo, 

y que en mis sueños recordaba 

que a un gitana Charamusco 

que su cante por soleá 

Que locura y qué momento 

Que no lo puedo explicar.”

 

Soleá de Cádiz

 

La característica principal de la soleá o soleares de Cádiz, según Faustino Núñez, musicólogo, son “las bien trazadas melodías de las soleares gaditanas”. Y continúa: “El cante de Cádiz es eminentemente melodioso en relación al más hablado del de por ejemplo Jerez”, además de nombrar su “difícil interpretación”, que suele tener el aplauso general del público.

 

Por otro lado, Barberán, estudioso del flamenco, destaca “la cadencia característica” que poseen “en los últimos tercios”. “Son cantes muy valientes” motivo por el que muchos cantaores los escogen para cerrar los mismos. Es decir, “lo que los flamencos llaman el macho”. El experto recuerda a grandes intérpretes como Paco el del Solano o Rancapino “que suelen recortar los tercios y ligarlos sin apenas respirar entre verso y verso, lo cual dificulta mucho su interpretación, pero le imprime jondura”.

En definitiva, la soleá de Cádiz es sobria y recia, con un compás vivo, equilibrado y lleno de armonía. Dentro de esta variante flamenca podemos destacar a grandes figuras como Paquirri el Guanté o El Mellizo.

 

Soleá de Lebrija

 

Para finalizar, no podemos dejar atrás la soleá de Lebrija, muy emparentada a la de Utrera. 

 

Juaniquí de Lebrija, tras escuchar los cantes de La Serneta de Utrera (donde hizo el servicio militar), es considerado creador de este estilo y fuente del que beberán posteriormente figuras como Fernanda de Utrera. Fue tan único su cante por soleá que se le conocieron como los “Cantes de Juaniquí” o “las soleares de Juaniqui”, característicos por los tonos agudos y las letras quejadas y breves. Según lo poco que se sabe de él, se cree que nació en Jerez de la Frontera hacia 1862 ó 1864 y murió en Sanlúcar de Barrameda en 1946.

 

El cante por soleá

nació para Juaniqui,

lo mismo que nace

un clavel en medio

de un inmenso jardín,

aprendieron muchos

grandes maestros de él

estos cantes inolvidables

que nos dejó juaniqui

 

La soleá, como hemos podido comprobar, admite multitud de versiones y estilos. Además es un palo muy recurrente por nuestros artistas de Teatro Flamenco Madrid. 

¡Reserva tus entradas y anímate a escuchar y diferenciar estos estilos! ¿Podrás conseguirlo?

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